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¿Por qué debes usar el microcemento para la próxima reforma de tu hogar?

En julio de 2020, Andimac, la patronal del sector de las reformas, presentó un informe en el que aseguraba que seis de cada diez hogares estaban interesados en realizar reformas tras la pandemia.

Pasar más tiempo en casa y tener que ocuparla para otras tareas, como por ejemplo el teletrabajo, llevó a muchas familias a percatarse de la necesidad de hacer obras para plantear mejoras en la habitabilidad y adaptar el espacio disponible a esa nueva ocupación.

En algunos casos, influenciados indiscutiblemente por tener que pasar más tiempo en casa, los procesos de reformas llegaron un punto más allá. Buena parte de la población ha comprendido que la vivienda es un lugar que está más capacitado que ser simplemente el lugar de descanso. Este fenómeno se comprueba, por ejemplo, con la popularidad de materiales como el microcemento en los procesos de reformas.

¿Por qué resulta tan atractivo el microcemento como material de revestimiento?

El microcemento es un revestimiento que se utiliza en espacios interiores y exteriores. Desde hace unos años es todo un básico en los procesos de reformas, y hasta ahora su tratamiento no era sencillo, teniendo que ser ejecutada su aplicación por profesionales con experiencia. Existen marcas que venden microcemento listo para usar para que cualquier persona con un poco de gusto pueda renovar por sí mismo su casa en poco tiempo, con poco presupuesto y sin obras tediosas. Un producto que garantiza acabados profesionales y que está totalmente pigmentado.

Se trata de una fórmula versátil para el revestimiento por sus opciones decorativas. Se puede usar en baños, cocinas o paredes, incluso en el mobiliario y en espacios exteriores: piscinas o terrazas. Una de sus ventajas más reseñables es que no requiere de grandes obras ni genera escombros. Se aplica sobre el material de la superficie a renovar. A su vez, es muy adherente, estos dos procesos van de la mano, sería imposible fijar un material sobre otro si el que va en la capa superior no es adherente.

Junto a esto, también se puede señalar el grosor ínfimo del microcemento, de dos a tres milímetros. Esto se traduce en ausencia de carga estructural al edificio. Además, conviene no olvidar que este material es muy duro y resistente, está disponible en múltiples colores, acabados y texturas, es resistente al agua y la humedad ambiental, puede ofrecer acabado antideslizante y tiene una muy buena conductividad térmica. Esta última característica convierte al microcemento en una de las mejores opciones para instalar calefacción por suelo radiante.

¿Cuál es la contrapartida de este material?

El microcemento es un revestimiento continuo, sin juntas de dilatación. Se aplica sobre el material a renovar directamente sobre el mismo. Esto puede provocar ciertos problemas, de ahí que sea aconsejable recibir asesoría de los profesionales. Sobre todo si, por ejemplo, se quiere aplicar microcemento en un suelo radiante.

La temperatura ideal para aplicar el material es entre 15 y 25 grados centígrados. Las horquillas por encima o por debajo de este rango ocasionan un mal endurecimiento del microcemento.

¿Cómo se cuidan los revestimientos de microcemento?

El pavimiento o revestimiento continuo tiene un elevado poder estético, ya que al no tener juntas ofrece una sensación mucho más homogénea. A su vez, también es más fácil de limpiar. Este material presenta elevada resistencia al desgaste y el roce, no requiere de un excesivo mantenimiento, tan solo lavar con un paño húmedo y un jabón de pH neutro. Pero sí hay que prestarle ciertos cuidados para garantizar la máxima durabilidad.

Así, pasadas 48 horas desde que se aplica el sellador, ya se puede circular con el pavimento con cierto cuidado. No hay que lavar el microcemento con ningún producto, pero tampoco derramar ningún líquido. En los primeros días después de su instalación es importante que el ambiente esté aireado.

Asimismo, en la primera semana es aconsejable proteger el suelo con papeles y cartones para evitar que se adhiera humedad y se ralle. La temperatura debe ser superior a los 15 grados. Hasta el primer mes no se deben arrastrar muebles y evitar el contacto con otras superficies abrasivas o de mucho peso.

Una vez se superan estas primeras semanas críticas, en el largo plazo se conservan algunas de estas recomendaciones, como no usar elementos que rallen el material, evitar las humedades y los encharcamientos y no arrastrar objetos de peso considerable.

Para limpiar el revestimiento hay que alejarse de los cepillos metálicos y de aquellos que tengan las cerdas muy duras. La mejor opción son las mopas y fregonas. Por último, de manera periódica se pueden usar ceras acrílicas para devolver el microcemento a su aspecto inicial.

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