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5 Consejos para proteger a nuestro bebé del calor

Llega el primer verano de nuestro bebé y tenemos que procurar que esté siempre cómodo tanto en casa como cuando salimos a la playa o al campo. Estos son muy sensibles a los efectos de las altas temperaturas y se pueden poner nerviosos. Es muy importante protegerlos de las quemaduras solares, los golpes de calor y la deshidratación.

Los bebés y el calor

“Los bebés y los niños pequeños pueden no mostrar signos o síntomas tempranos de los efectos del calor. Por ello es importante observar alguno de estos signos para detectar si está sufriendo una insolación”, explican los profesionales del Hospital Sant Joan de Dèu. Por ejemplo, mal aspecto, carácter más irritable de lo normal, tener la piel más seca y negarse a beber o disminución de pañales mojados. Incluso podemos observar que el punto blando en la parte superior de la cabeza o fontanela del bebé puede ser inferior al habitual. Ante cualquiera de estos síntomas lo mejor es acudir al pediatra lo antes posible.

Os vamos a dar varios consejos para que vuestros bebés pasen un verano tranquilo y poco caluroso.

1. Evitar el sol

Los bebés no deben estar nunca expuestos al sol directamente. Su piel tiene muy poca melanina, que es el pigmento que le otorga su color y proporciona cierta protección. Lo mejor es evitarlo y así no sufrirá el riesgo de una quemadura. Además, hasta los seis meses no se recomienda que usen cremas para el sol por el riesgo de desarrollar alguna alergia. A partir de esa edad se les pueden aplicar de forma regular aquellas con un factor de protección solar superior al 30.

Hay que cubrir siempre su cuerpo con ropa, su cabeza con un sombrero de ala o una gorra y el carro con una sombrilla. La ropa debe ser siempre ligera (mejor de algodón antes que tejidos sintéticos) y les tiene que quedar suelta para que estén cómodos. Si tiene mucho calor se le puede pasar por el cuerpo una esponja con agua tibia o darles un pequeño baño.

2. La misma temperatura ambiental

Como ya hemos comentado, los bebés sienten la misma temperatura que los adultos y por lo tanto estarán a gusto con una ambiental de 22º C. Lo mejor es evitar tener el aire puesto mucho tiempo seguido. De hecho, es mejor refrescar con el aire acondicionado el lugar donde se encuentra el bebé y luego apagarlo. Cuidado con poner a los niños debajo del chorro porque se puede constipar. Una buena idea para la sequedad del ambiente es poner un humificador en su habitación a ratos.

En el coche tampoco les debe dar directamente el chorro del aire acondicionado ni el aire de un ventilador. Cuando realicemos una parada nunca debemos dejar a un bebé o a un niño pequeño dentro del vehículo porque les puede dar un golpe de calor. Ni siquiera si lo dejamos a la sombra y por poco tiempo.

5 Consejos para proteger a nuestro bebé del calor

3. Siempre en la sombra

Lo mejor es que estén la mayor parte del día a la sombra sobre todo si vamos a la playa o la piscina. Y las mejores horas del día, por la mañana temprano o al atardecer. Podemos también pasear un cuarto de hora al aire libre lo que le proporciona al bebé toda la vitamina D que su cuerpo necesita.

4. No abrigarle demasiado

Es un error abrigarle en exceso. Si lo hacemos nos arriesgamos a que sufra sudamina, una erupción de la piel que se produce por la obstrucción de las glándulas sudoríparas o, en el peor de los casos, un golpe de calor. También pueden sufrir sarpullido que es una erupción de pequeños puntitos rojos como la cabeza de un alfiler, con pequeñas ampollas. Suele aparecer en las estaciones de calor en aquellas partes de la piel que se mantienen húmedas, como son el área del pañal o bajo la barbilla.

Si notamos que las manos y los pies del bebé están fríos, tampoco significa que esté destemplado. Eso sí, si moja las sábanas o la ropa por el exceso de calor tenemos que cambiarle para que no se enfríe.

5. Siempre hidratado

En los calurosos meses de verano hay que ofrecer al bebé agua entre las tomas. Cuando la rechaza no tenemos que insistir porque significa que no la necesita. Los lactantes suelen ingerir menos agua que los que se alimentan con biberón, pero cuando hace mucho calor pueden necesitarla para hidratarse.

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