Jugamos poco, pero nos encanta

¿Mucho tiempo o de calidad? Es la eterna pregunta que los padres nos hacemos cuando hablamos de jugar con nuestros hijos. Sin duda, cuando uno se convierte en padre se da cuenta de que lo de la calidad está totalmente mitificado y que lo que hace falta no es solo calidad, que también, sino cantidad.
Sin jugar con nuestros hijos, sin pasar tiempo con ellos, difícilmente podremos educarles como nos gustaría. Sin embargo, esta premisa no hace que la vida sea más fácil, que nuestros trabajos nos exijan menos tiempo o podamos volver a casa siempre a tiempo para jugar un rato, bañarlos, cenar y leerles un cuento antes de dormir.
La realidad es mucho más dura y tenemos que adaptarnos a ella. Según un estudio sobre la «Percepción adulta de los juguetes en España» realizado por el Observatorio del Mercado del Juguete de AIJU para la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, a los padres nos encanta jugar con nuestros hijos, pero nos preocupa no tener demasiado tiempo para hacerlo. Y no solo estamos ocupados los padres, sino también los hijos que entre sus múltiples ocupaciones, no siempre encuentran todo el tiempo que les gustaría para jugar. La media de tiempo de juego entre semana de un niño suele oscilar entre 1 y 2 horas al día, aunque depende de la edad.
Los niños de 1 y 2 años juegan más de 3 horas diarias (45%); los de 7 y 8 años juegan entre 1 y 2 horas diarias (52%); y a partir de los 9 años se observa una tendencia a disminuir el tiempo de juego hasta incluso menos de una hora entre semana, en el 33% de los casos.
El fin de semana, el tiempo de juego aumenta a más de 3 horas al día, tanto el sábado como el domingo en todas las edades.
La mayoría de las familias españolas confirma en el estudio que los hermanos y primos suelen ser los compañeros habituales de juego(63%), seguidos de los padres (62%). El 55% de los niños juegan también solos.
Por supuesto este dato depende también de la edad de los niños, de los que los más pequeños, entre 1 y 2 años, juegan más con sus padres (83%). Este hábito se va abandonando con la edad hasta llegar al 70% de los casos entre los niños a partir de 9 años.
En cuanto a la percepción del juego, es muy positiva. El 93,3% de los padres con hijos de entre 1 y 9 años valora el juguetes como una herramienta muy útil de aprendizaje que despierta la curiosidad, promueve la independencia y mejora la concentración de los niños.
Según el estudio, aunque los juguetes solían ser una compra de temporada, poco a poco se está realizando la compra a lo largo del año. Aún así, para el 96% de las familias encuestadas, Navidad y Reyes es el momento en el que se compran más juguetes (7,15 de media) seguido del cumpleaños (6,40 juguetes de media).
Un 42% de lo padres entrevistados reconoce haber comprado algún juguete en cualquier momento del año sin ningún motivo concreto.