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10 Cosas que hemos aprendido de Filomena (y que ya no olvidaremos)

La borrasca Filomena nos ha sorprendido a todos por su intensidad. Un temporal de intensa nieve como hacía muchas décadas que no se conocía en la Península.

Filomena no nos ha dejado solo bonitas estampas blancas en las ciudades, sino que nos ha proporcionado también grandes enseñanzas que no olvidaremos con facilidad. No estábamos preparados para ella, pero, a partir de ahora, sabremos qué hacer en caso de otra gran nevada.

A continuación te contamos 10 cosas que hemos aprendido de Filomena, que son de gran utilidad y, lo más importante, que ya no olvidaremos

1. Qué hacer si te quedas atrapado en un coche

Si ya sabes que se avecina un temporal como Filomena, lo mejor que puedes hacer es no utilizar el coche. Pero si tienes que hacerlo, sería conveniente que siguieses una serie de recomendaciones antes de iniciar tu viaje. Llevar el depósito lleno de combustible, ropa de abrigo, suficiente carga de batería en el móvil y contar con algunos aprovisionamientos son algunas de ellas. También sería conveniente que avisases a alguien de la ruta que vas a realizar, por si surgiese cualquier inconveniente y no estuvieses localizable. Por supuesto, utiliza siempre cadenas o neumáticos adecuados.

Pero si el temporal de nieve te pilla ya en carretera, también hay algunas cosas que debes tener en cuenta. El primer consejo es que mantengas el motor del coche en funcionamiento. Si lo apagas, el frío podría hacer que el funcionamiento del coche no sea el óptimo y ya no puedas volver a circular.

Debes permanecer en el interior del coche. Fuera de él, poco podrás hacer. Y, además de no exponerte al frío, estarás optimizando el calor de la calefacción y el consumo de combustible será menor. Sin embargo, es importante ventilar de vez en cuando el interior del coche, abriendo las ventanillas periódicamente para que se oxigene y así prevenir posibles gases nocivos. En este sentido, es importante también que compruebes que el tubo de escape no esté obstruido por la nieve. En ese caso, los gases no saldrían al exterior, derivándose hacia dentro del vehículo. Algo que puede resultar muy peligroso.

Por último, no retires la nieve que vaya cayendo sobre tu coche. Esta producirá un efecto iglú que te ayudará a mantener la temperatura en el interior. Eso sí, siempre con el motor y la calefacción encendidos y comprobando que el tubo de escape no esté obstruido.

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Fuente: Canva

2. Por dónde debes andar tras una gran nevada

Toda la ciudad está cubierta por un manto blanco y tienes que salir de casa. A la hora de moverte por la ciudad con nieve, también tienes que seguir una serie de consejos si quieres desplazarte sin percances, como resbalones o caídas.

Debes tratar de caminar por el centro de la calle. De esta manera, evitarás el riesgo de desprendimiento de nieve o de placas de hielo desde balcones, azoteas o cornisas. En el caso de que no puedas caminar por la calzada, hazlo siempre por el camino que ya se haya formado en las aceras. En esa zona, por la que ya han transitado personas con anterioridad, el hielo se habrá derretido y no habrá peligro de resbalar. Y, al cruzar las calles, asegúrate de que los coches se hayan detenido antes de cruzar. Ten en cuenta que la distancia de frenado puede ser mayor debido a la nieve.

De igual manera, se desaconseja caminar por jardines y zonas arboladas. La nieve acumulada en las ramas de los árboles puede ponerte en peligro por posibles roturas de ramas o desprendimiento de bloques de nieve. Evita también las zonas sombrías o que no reciban mucho sol, pues la posibilidad de que el suelo esté helado será mayor.

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Fuente: Canva

3. La importancia de retirar la nieve de los balcones

Tanto la Guardia Civil como los expertos coinciden en una recomendación: cuando deje de nevar, quitar la mayor cantidad posible de nieve acumulada en los balcones. Durante la noche, con la bajada de las temperaturas, toda esa nieve se convertirá en hielo. Algunos balcones, según su diseño y arquitectura, podrían tener problemas para soportar el peso del hielo acumulado.

Además, así evitaremos el riesgo de desprendimiento de bloques de hielo cuando, durante el día, suban las temperaturas y se vayan derritiendo.

De igual manera y por el mismo motivo, se recomienda limpiar la nieve de cornisas, voladizos y de los aparatos que estén anclados a la fachada, como los aparatos de aire acondicionado. El objetivo, garantizar la seguridad de todos.

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4. Qué hacer si se hielan las tuberías

En las épocas de frío intenso, puede ocurrir que se congelen las tuberías debido a las bajas temperaturas. El agua que tienen en su interior se congela y los tubos, habitualmente de plástico o de metal, no soportan la presión que ejerce el agua al congelarse y pueden estallar.

Para evitarlo, procura cubrir las tuberías con aislante, sobre todo las exteriores. Mantener una temperatura estable en tu casa puede ayudarte, dejando la calefacción puesta a baja temperatura, que permita mantener la casa templada. También puede resultar útil dejar que un grifo gotee lentamente. De esta manera, al mantener la corriente de agua en movimiento, será más difícil que se congelen. En el peor de los casos, cortar la corriente de agua y vaciar el sistema es el método más eficaz para evitar que quede agua estancada que se pueda congelar.

Si prevés que te pueda ocurrir, se recomienda llenar una bañera con agua para que no te quedes sin ella en caso de congelación de las cañerías.

Si, a pesar de las precauciones, tus tuberías se han congelado, lo primero que tendrás que hacer será detectar en qué lugar se ha formado un tapón de hielo. Cuando abras un grifo y no salga agua de él, sabrás que está congelada. Después, tendrás que descongelar la tubería. En el interior de la vivienda, con un secador de pelo suele bastar y no afectará al estado de la cañería. Si está en el exterior, puedes recurrir a paños de agua caliente.

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Fuente: Pixabay

5. Cómo abrigarnos correctamente

Si no tienes más remedio que salir de casa, asegúrate de hacerlo con la ropa y el calzado adecuados para la nieve. Debes escoger prendas muy abrigadas e impermeables, tanto en el caso de los pantalones como de las prendas para cubrir el cuerpo. Olvídate de los tejidos vaqueros, ya que es un material que, además de ser muy frío, absorbe el agua. Lo mismo ocurre con los tejidos de pana, que actuarán como una esponja y absorberán toda la humedad de la nieve.

Opta por camisetas térmicas y mallas interiores, también térmicas, para protegerte del frío. Cuantas más capas de ropa lleves, mejor. Así, cuando llegues a un ambiente más cálido o a un espacio cerrado, te resultará sencillo quitarte las prendas exteriores para adecuarte a la temperatura. También son muy recomendables los complementos como gorros, bufandas y guantes. Estos te mantendrán bien aislado del frío. Pero, en el caso de los guantes, elígelos de un material que no sea lana porque terminarán empapados.

En cuanto al calzado, es mejor que elijas botas de material aislante y con suela gruesa que no dejen entrar el agua. Las suelas lisas provocan resbalones con facilidad, por lo que, cuanto más marcado sea el dibujo de la suela, mejor. Para acompañar al calzado, unos calcetines térmicos de lana asegurarán que tus pies mantienen el calor.

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6. Despejar bien las aceras

Se recomienda despejar bien las aceras y abrir caminos antes de que la nieve se convierta en hielo. Limpiar de manera rápida la nieve y el hielo ayuda a mantener la red peatonal segura y accesible. Sobre todo para las personas mayores, los niños y las personas con discapacidades. Además, evitaremos el riesgo de resbalones y todos podremos desplazarnos mejor por la ciudad. Una vez despejada la zona, la cubriremos con sal.

De igual manera, se recomienda despejar los accesos a los garajes y retirar la nieve acumulada sobre los coches. Una vez que se congele será mucho más difícil quitarla. En caso de que sea posible, quitar los coches estacionados en la calle.

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7. El peligro de arrojar agua a la vía pública

En estos momentos de temperaturas extremas, es muy importante que no arrojemos agua a la vía pública. Podría congelarse con rapidez, con el consiguiente riesgo de accidentes para los peatones.

También se recomienda canalizar el agua del condensador de las bombas de calor, para que tampoco se desaloje en las calles.

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8. Cómo conducir con nieve

Si, a pesar del temporal, tienes que utilizar el coche, hazlo con todas las medidas de seguridad. Utiliza las cadenas o neumáticos de invierno que, además de evitarte el peligro de un accidente, te ahorrarán una buena multa.

Cuando conduzcas en carretera, mueve el volante con suavidad y modera tu velocidad. La precaución lo es todo. Circula siempre con marchas largas para evitar que el coche pierda tracción. Y, en la medida de lo posible, utiliza las marchas como freno en lugar del pedal. Además, recuerda mantener una mayor distancia de seguridad, así como evitar los volantazos.

También debes evitar pisar las rodaduras que han hecho otros vehículos delante de ti. En esos espacios se suele acumular más hielo y es más fácil que tu coche patine.

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9. Los grandes inconvenientes de dejar residuos en la calle

Con la acumulación de nieve y hielo en las calles, la recogida de residuos se dificulta bastante. En muchos casos, de hecho, no es posible el paso de los camiones de recogida, por lo que el servicio puede que no se preste. Por ello, se recomienda que no saques la basura para evitar la acumulación de residuos en la vía pública.

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10. Trucos para no perder la conexión y estar siempre comunicados

Cualquiera que sea tu situación, asegúrate de que estás bien comunicado por si ocurriese algún percance. Mantén el móvil con batería y con los números de los servicios de emergencia a mano.

Si sales a la calle, es mejor que no guardes el móvil en los bolsillos exteriores de los abrigos. Las bajas temperaturas hacen que la duración de la batería sea menor. Por tanto, mejor guárdalo resguardado en algún bolsillo interior, cerca de tu cuerpo para que conserve el calor.

Y, por supuesto, en caso de que tengas algún accidente, pide siempre ayuda a los servicios de emergencia.

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