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Crece la sensibilización y la conciencia ecológica de las nuevas generaciones

La conciencia ecológica crece a pasos agigantados ante los sucesos que ponen en evidencia el daño que los seres humanos llevamos haciendo al planeta durante años. El cambio climático es una de las innegables consecuencias a las que asistimos. Informando a través de campañas y en redes sobre el impacto que nuestras acciones tienen en el medioambiente, cada vez son más los jóvenes que deciden apostar por cuidar el ambiente desde los detalles más pequeños. Y muestran su compromiso tanto desde la escuela como desde la familia o el núcleo de amigos.

Aprender desde niños sobre, por ejemplo, la clasificación de residuos sólidos, materiales reutilizables y, sobre todo, el respeto hacia la naturaleza ya marca una perspectiva diferente. Esto fomenta en los jóvenes una conciencia ambiental, dando lugar a nuevas generaciones con mayor respeto hacia el entorno y más compromiso, más dispuestos, en definitiva, a modificar los hábitos que resultan perjudiciales. Comprenden la importancia de tener una conciencia ambiental y saben que los pequeños cambios pueden aportar mucho a la recuperación de nuestro mundo.

En qué consiste la conciencia ecológica 

Se trata de una actitud que surge al entender que el ser humano es la especie que más afecta de forma negativa al ecosistema. Y, a partir de ahí, trata de comprender que cada decisión, cada pequeño paso y cada acto trae consigo una responsabilidad a futuro con los recursos naturales. Es una filosofía de vida que busca proteger el medioambiente, garantizando un equilibrio para el presente, sin dejar de pensar en el futuro.

Cambio de hábitos

¿Sabías que las nuevas generaciones están realizando modificaciones a la hora de consumir? Sí, en pos de mejorar la situación ambiental y reducir el daño. Te contamos cuáles son y sus motivos, porque seguro que también te gustará implementarlos.

1. Evitar las bolsas y los envases plásticos

Una de las medidas que más ha calado entre los jóvenes es, por ejemplo, no utilizar bolsas de plástico. Se sabe que el plástico tarda en promedio 150 años en degradarse. Además, afecta a muchas especies de vida marina y las mata, debido a la contaminación que genera en los océanos y a la posibilidad de que algunos animales queden atrapados o traguen estos objetos accidentalmente. T

2. Sin agua no hay vida

Otro de los hábitos que es preciso cambiar está relacionado con el ahorro del recurso natural más importante que tiene nuestro planeta: el agua. Si bien es probable que creas que es abundante, la realidad es que solo un porcentaje mínimo es apta para el consumo.

¿Cómo ayudar? Con abrir el grifo lo estrictamente necesario, se ahorran al mes muchísimos litros de agua potable y, además, alivia las facturas. 

3. Más ejercicio, más aire puro

El uso de los vehículos que necesitan combustibles fósiles y energías no renovables para funcionar genera la mitad del CO₂ (dióxido de carbono) de las ciudades. Estas son emisiones contaminantes que podemos reducir utilizando medios de locomoción que sean sostenibles, como el transporte público y, siempre que se pueda, la bicicleta.

la conciencia ambiental y el uso de la bicicleta
El uso de la bicicleta ayuda a evitar las emisiones contaminantes | Fuente: Canva

3. Siembra tu salud, cosecha tu futuro

El respeto por la naturaleza, por supuesto, está presente en cada cambio de hábito producto de la conciencia ecológica. Sembrar árboles o crear tu propio huerto y poder cuidarlo de manera sustentable y responsable es cada vez más fácil gracias a toda la información disponible. 

La conciencia ecológica y la naturaleza
El respeto por la naturaleza es parte de la conciencia ecológica | Fuente: Canva

4. Compra consciente 

Las tendencias en las compras han variado mucho. Si tienen la posibilidad, la mayoría de los jóvenes escogerán productos y servicios que sean sustentables. Aunque a menudo no puedan hacerlo porque los precios suelen ser más elevados. No obstante, lo que sin duda resurge es la reutilización y el mercado de segunda mano. Reacondicionar productos tecnológicos o muebles, e incluso ropa, es una gran medida que no solo mira por la economía, sino que es amigable con el medioambiente.

5. El reciclaje, un viejo aliado

Una de las maneras más conocidas de combatir el calentamiento global es el reciclaje, reutilizar los residuos y diferenciar los desechos que son reciclables de los que no. Porque, sin duda, una de las causas de la contaminación ambiental es la inmensa cantidad de basura que generan las ciudades.

6. La luz al final del camino

Por supuesto, reemplazar las viejas bombillas por tecnologías nuevas que no utilizan tanta energía ayuda a reducir el consumo y permite ahorrar dinero de la factura de electricidad. Para no desperdiciarla, apagar las luces donde no se están usando es una buena costumbre adquirida en los últimos años, así como apagar las regletas y no dejar los aparatos en stand by.

7. Somos lo que comemos

Otro de los cambios que llegaron para quedarse son los dietéticos, pues cada año hay más información y más opciones sostenibles de alimentación. También son cada vez más populares las opciones veganas o vegetarianas. Cada vez hay más jóvenes que optan por ellas.

Las nuevas generaciones están acelerando la transformación hacia la sustentabilidad y la conciencia ecológica. A través de las redes sociales, están manifestando su preocupación sobre el clima, el ecosistema y la vida en general a una escala mundial. Cuidar el planeta pasó de estar de moda a ser una parte central de la toma de decisiones personales, políticas y sociales.

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