
Jardines del Real Alcázar de Sevilla

Los Jardines del Real Alcázar de Sevilla son un entramado de plantas y flores de gran belleza, que invitan al descanso y que esconden un divertido laberinto entre sus tesoros más preciados.
El Real Alcázar de Sevilla es un lugar de visita obligada cuando se realiza turismo por la ciudad hispalense. Después de la ruta por el impresionante edificio el paseo por los jardines nos descubrirá un oasis en medio de la monumental Sevilla, un delicado jardín con plazoletas, rincones especiales, fuentes, acequias y un divertido laberinto.
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Jardines del núcleo principal del Real Alcázar de Sevilla
Jardín del Laberinto, Jardín de las Damas y Cenador de Carlos V
El laberinto original se trazó en 1913 y estaba formado por setos de mirto, ciprés y de tuya. Era una obra de arte topario porque se recortaban los cuerpos de las figuras sobre el mirto y después se le añadían cabezas o manos de barro cocido o madera. Estas figuras representaban grifos u otros animales fantásticos y su objetivo era dar miedo y crear una atmósfera tétrica en el recorrido del laberinto. Debido a unas reformas durante el siglo XX estas estatuas se perdieron completamente. En el Cenador de la Alcoba podremos ver un mapa del antiguo laberinto dibujado en el suelo.
Este laberinto se consideraba un símbolo, una forma de llegar de las tinieblas a la luz, del miedo a la paz. Su función no era lúdica, pero hoy, en cambio, todo el mundo puede adentrarse en su recorrido e intentar encontrar la salida con el único objetivo de pasar un rato divertido y disfrutar con el reto. Es aconsejable no dejar a los niños solos por si se pierden entre los setos y se asustan al no encontrar el camino correcto. El trazado es muy sencillo, y en apenas unos minutos podremos recorrerlo aunque todo dependerá de nuestro sentido de la orientación y las ganas que tengamos de jugar.

El jardín de las Damas es un gran espacio con ocho grandes cuadros cerrados por setos de bonetero y mirto con vegetación de todo tipo. Está configurado como un jardín cortesano de claras influencias italianizantes a la que contribuyen de forma decisiva los burladores, surtidores ocultos en el pavimento, que se accionan secretamente desde un banco para provocar juegos y sorpresas. Por último, el Cenador de Carlos V es un jardín de viejos naranjos junto a un laberinto de arrayán y ciprés.
Jardín del Chorrón
Junto al pabellón de la China, este jardín debe su nombre al chorro de agua que entraba en el Alcázar proveniente de los Caños de Carmona. El chorro caía estrepitosamente sobre el estanque de Mercurio. Setos de mito con árbol de trompetas, falso pomelo, palmeras de la suerte y hiedras y glicinias que se encaraman sobre la muralla, aportar encanto a este jardín.

Jardín de la Danza, Jardín de Troya, Jardín de la Galera y Jardín de las Flores
Son pequeños jardines contiguos a la muralla baja que protegía el palacio. Impresionantes magnolios, palmeras revestidas de uña de gato, ficus, palo borracho y una gran variedad de arbustos y plantas y la originalidad del cultivo de naranjos en espaldera crea un grato ambiente de diversidad vegetal.
Jardín de los Poetas y Jardín del Marqués de la Vega-Inclán
Jardines trazados a principios del siglo XX al otro lado de la muralla que cercaba el Alcázar, en lo que fue la antigua Huerta del Retiro. El primero cierra con un fondo de washingtonias, un recoleto conjunto de dos estanques presididos por una vieja fuente procedente de un desaparecido convento, árboles frutales, tejos, almeces y variados arbustos. El segundo es una cuadrícula con fuentes y surtidores donde la influencia de la estética regionalista queda patente por el uso de la cerámica en bancos, saltadores, canalillos, copas y pavimentos.

Jardín Inglés
Jardín a la inglesa con pequeñas praderas y sendas curvas, con nogales, hayas, pinos canarios, encinas o robles que junto al ciprés de los pantanos, tipuanas y albizias, crean una mágica atmósfera que luz matizada por la densidad de sus copas.
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